“un explosivo NUEVO movimiento”
Al observar que la toma v.10 de la Universidad Central toca el tema de los carteles urbanos y todo este nuevo moviemiento del arte callejero me intereso mucho investigar a fondo sobre este nuevo detonante cultural, puesto que he notado un crecimiento considerable en los últimos años, convirtiéndose en la expresión gráfica más importante de la juventud actual. Siendo este, un arte que está ante la mirada desconcertante de nuestros ojos no entiendo como no me había preocupado antes por indagar un poco más sobre este tema, ya que considero que todos somos libres para crear y que de igual manera, todos nacimos con la facilidad de hacerlo. No entiendo ¿por qué no me había dado cuenta de lo unido que esta el grafiti a la publicidad? Tal vez, no lo había notado gracias a imaginarios estereotipados construidos por nosotros mismos, donde ponemos el grafiti como una expresión de “vandalismo urbano”; todo esto me lleva a entrar en la discusión sobre si el grafiti, puede o debe considerarse como una muestra de arte callejero, o por lo contrario, debe considerarse como una forma de polución visual y por ende suponer que los amantes de este movimiento son unos delincuentes. Creería que lo más razonable, para comprender la realidad del grafiti, es remontarnos a sus orígenes.
Gracias a “San google” puedo decir que en los inicios de la humanidad ya se realizaban bosquejos, señales, marcas, signos y dibujos por los primitivos pobladores, así mismo pruebas parecidas al grafiti son las pinturas rupestres. Las civilizaciones egipcia y romana también usaban esta técnica visual en tumbas y catacumbas; así, aproximándonos más a la historia contemporánea, en mayo del 68 comenzaron a aparecer en algunas fachadas de la capital parisina este tipo de manifestaciones estéticas, que unían la fuerza expresiva de una frase o mensaje, con un dibujo o imagen simbólica del momento histórico – social. Posteriormente, esta forma de expresión artística fue utilizada por las bandas callejeras de los Estados Unidos, en las décadas de los setenta y los ochenta para de alguna manera “marcar su territorio”. De ahí hasta nuestros días su evolución en todo el mundo ha resultado vertiginosa, pues independientemente de su tipología, éste no trata de expresar sino una idea visual. Idea que se expresa mediante un lenguaje icónico, ya sea a través de símbolos o tipografías semióticas; caricaturas, o imágenes de comic tratadas desde la sub-realidad (Street art); o mensajes que tratan de sensibilizar a la opinión pública sobre determinados problemas de carácter político o social, etc.
Gracias a “San google” puedo decir que en los inicios de la humanidad ya se realizaban bosquejos, señales, marcas, signos y dibujos por los primitivos pobladores, así mismo pruebas parecidas al grafiti son las pinturas rupestres. Las civilizaciones egipcia y romana también usaban esta técnica visual en tumbas y catacumbas; así, aproximándonos más a la historia contemporánea, en mayo del 68 comenzaron a aparecer en algunas fachadas de la capital parisina este tipo de manifestaciones estéticas, que unían la fuerza expresiva de una frase o mensaje, con un dibujo o imagen simbólica del momento histórico – social. Posteriormente, esta forma de expresión artística fue utilizada por las bandas callejeras de los Estados Unidos, en las décadas de los setenta y los ochenta para de alguna manera “marcar su territorio”. De ahí hasta nuestros días su evolución en todo el mundo ha resultado vertiginosa, pues independientemente de su tipología, éste no trata de expresar sino una idea visual. Idea que se expresa mediante un lenguaje icónico, ya sea a través de símbolos o tipografías semióticas; caricaturas, o imágenes de comic tratadas desde la sub-realidad (Street art); o mensajes que tratan de sensibilizar a la opinión pública sobre determinados problemas de carácter político o social, etc.
En este ámbito existen dos corrientes que se encuentran cara a cara y es la causante de una polémica contracultural en la comunidad actual, ya que por un lado están las personas que se oponen a este movimiento, expresando que el grafiti es solo una eventualidad a una expresión radical no autorizada que contiene un escaso significado del arte, por ende, para ellos el grafiti no es más que un lenguaje vulgar de un grupo específico de jóvenes.
Por otro lado están los que ven el grafiti como una expresión que debe ser permitida por el alto nivel de comunicación que dichas obras llevan, es por esto que para ellos es necesario que sean plasmadas dando rumbo suelto a la imaginación y creatividad de las nuevas generaciones.
Por otro lado están los que ven el grafiti como una expresión que debe ser permitida por el alto nivel de comunicación que dichas obras llevan, es por esto que para ellos es necesario que sean plasmadas dando rumbo suelto a la imaginación y creatividad de las nuevas generaciones.
En mi opinión deberíamos ponerle otra cara al asunto y ver el grafiti como un signo genuino, e incluso rebelde de comunicación pública, tratándolo como si fuera una expresión innata a las circunstancias de lo urbano, y otorgarle el valor de verdadero movimiento cultural y artístico, pero dentro un contexto legal; cuando hablo de legalidad, lo digo porque este tema va muy de la mano con la clandestinidad; pues a pesar de que las calles de un barrio surjan de un día para otro marcadas por cientos de grafitis, no se reconoce a sus autores, ellos optan por poner un seudónimo que viene siendo su apodo o firma por la cual se reconocen dentro de la sociedad de grafiteros y asi mismo, dentro de los amantes de este arte; Igualmente, la disortografía (conjunto de errores de la escritura que afectan a la palabra y no a su trazado o grafía) se muestra como un elemento más, de esa proyección rebelde, y antisocial del “arte del spray”, es decir, se conocen las normas léxicas, pero no se aceptan, y es por ello que se utiliza un lenguaje modificado y adaptado a su propia identidad. Por último otra particularidad de la iconografía del grafiti es su fugacidad, el grafiti representa el valor de lo efímero. Toda esta carreta la digo porque si bien sabemos que el grafiti es una manifestación artística subversiva, en esta se plasma una realidad y no por ello desobedece el orden establecido.
A continuación les dejo un fragmento del documental realizado por Banksy uno de los personaje más representativo de este nuevo movimiento de la lata del aerosol, un documental llamado “Exit through the gift shop” (Salida por la tienda de regalos) que viene siendo una declaración de principios, haciendo referencia a que la mayoría de los museos están estructurados de tal forma que la única manera de abandonarlos es atravesando su tienda. Ya tenemos los dos bandos enfrentados antes incluso de que comience el documental: Arte vs. Capitalismo.
Fuentes:
Imágenes:
Blogger: Camilo Chinchilla
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